Tribuna Libre: Mónica, la Reina de Corazones
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Tribuna Libre: Mónica, la Reina de Corazones

Tribuna Libre: Mónica, la Reina de Corazones

Fuente: Tribuna Libre

¡Que le corten la cabeza! Gritaba la Reina de Corazones de “Alicia en el País de las Maravillas” ante cualquier problema o nimiedad que le sucedía, y sobre la que no quería asumir ninguna responsabilidad. Lo mismo que hizo esta semana Mónica Oltra, vicepresidenta del Consell, con el todavía conseller de Hacienda, Vicent Soler, pero ya no diputado en Cortes Generales. Es la primera pieza que se cobra la monarca de Compromís ante un más que previsible adelanto electoral.

El tripartito lo ha vendido como una decisión propia de Soler para centrarse en sus labores como conseller y poner toda su energía en la reclamación de una financiación autonómica justa, pero es curioso que coincida en el espacio-tiempo con el freno impuesto por los socios de Gobierno de Puig a los previsibles recortes presupuestarios -sugeridos por el propio Soler- para salir del paso con el retraso en las aportaciones del Estado.

Hablamos de 440 millones a cuenta de la financiación autonómica no recibida y, gracias a la arquitectura económica variable de nuestros políticos, otros 250 millones de IVA a entregar, más los incrementos de aportaciones del Estado a  servicios como la dependencia, que no se materializarán porque no hay nuevos Presupuestos Generales del Estado. Una quimera, dicho con todo el respeto.

Oltra y Martínez Dalmau se han plantado. No están dispuestos a asumir un recorte que les penalizaría en unos previsibles nuevos comicios generales en Noviembre. Y mucho menos tragar con la reivindicación en voz baja de la financiación que pretende el PSPV para no contrariar al Ejecutivo central. Si hay una Reina de Corazones en nuestro Consell, también la hay en el Consejo de Ministros de Madrid –en funciones, salvo para el uso de la guillotina-.

Lo que para el Botànic es la principal reivindicación política, para Sánchez es el punto 353 de los 370 que consta el documento presentado el pasado martes sobre el que cimentar su Gobierno, y en él se menciona la financiación sin precisar unos plazos y con una redacción enrevesada.

La realidad es que la cabeza Soler se ha expuesto a la guillotina mediática como gesto de buena voluntad ante las exigencias de Compromís y Podem, así como justificación popular de los esfuerzos del Consell para mejorar la financiación autonómica. Aunque lo único que ha mejorado financieramente es la situación de Pedro Ruiz, el nuevo diputado socialista que accede a Les Corts. El resto de valencianos seguiremos igual o peor.

Si no llega liquidez desde el Ejecutivo Central, sólo hay tres opciones. La primera, cargar contra él con virulencia ante el daño social causado, lo que Puig dice hacer en reuniones privadas con la Ministra Montoro, como la de este martes. Sorprendentemente, en esas reuniones, en las que no están presentes sus socios de Gobierno autonómico, todos entran con sonrisa y salen con la mismo expresión tras intercambiar agrias discusiones sobre la infrafinanciación de la Comunidad Valenciana. Las otras opciones son la adopción precipitada de recortes de gasto significativos sin que exista una necesidad real de hacerlo –propuesta de Vicent Soler-, o el incumplimiento de los objetivos de déficit, activando así las medidas correctivas previstas en la Ley de Estabilidad Presupuestaria y exponiéndose a una posible penalización de los mercados si la situación no se percibe correctamente.

Si la primera no tiene efectos, más allá de las declaraciones de Puig cuando cruza de vuelta la frontera geográfica de la Comunidad Valenciana; y la tercera podría ser un suicidio financiero. La única viable, salvo el inmovilismo al que nos han acostumbrado Rajoy y Sánchez, es el recorte. Pero eso cuesta votos y Compromís y Podem no pueden balancear las pérdidas electorales con otros territorios afines, especialmente los primeros.

Y volvemos al principio. En política parece que existe una sola manera de resolver todas las dificultades, sean grandes o pequeñas, ordenando una ejecución inmediata. “¡Que le corten la cabeza!”, dicen que se escuchaba en los despachos de Les Corts esta semana Y así ha sido.

Parece que la afición francesa de resolver los problemas políticos y económicos ha calado en las filas socialistas. Será por el perfil macronista que le empiezan a encontrar a Sánchez sus afines, ante el fallido intento de emular a Kennedy. Y Puig que sabe ponerse siempre al sol que más calienta, pues se apunta a la moda francesa y, entre su cabeza y la de su conseller, pues no ha necesitado ni una sola margarita para deshojar.

El próximo movimiento político del Molt Honorable pasa por volver feliz a las trincheras ante un resultado político adverso para Sánchez, o sufrir una legislatura horribilis con la Reina de Corazones exigiendo más cabezas… porque de la financiación autonómica hablaremos en otra legislatura, claro.

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Por José Antonio Giménez

Especialista en Marketing Político

Sanserif.es